martes, 24 de mayo de 2011

VALORACIÓN

Lo cierto es que durante el tiempo que he ido trabajando en el portafolios he notado la mejoría, no solo en cuanto a mis reflexiones, si no en cuanto a mis ideas de innovar y aportar cosas extra.

Siempre que he tenido una duda se la he consultado a la profesora, y la verdad es que según he ido elaborando mi blog he aprendido muchas cosas.

Es muy importante que te vayas evaluando según vas realizando tu Portafolios.

En cuanto a la idea del portafolios, me gustó desde el primer momento, y creo que eso se ha notado en la motivación que he ido volcando en él. He cumplido todas las metas que tenía en cuanto al portafolios, incluso antes de lo previsto.

Dado que mi estilo de aprendizaje sobresaliente ha sido “Activo”, el portafolios me ha resultado muy útil a la hora de aprender, me he sentido a gusto en todo momento y creo que he sabido aprovecharlo.

Lo que más me ha servido para aprender ha sido el portafolios en sí, porque, como ya he dicho antes, me gustaba la idea, y la he disfrutado.

He puesto todas mis ganas en cada entrada, así que no considero que ninguna de mis entradas sea pobre, aunque puede que alguna sea más “floja” por la dificultad a la hora de encontrar información sobre ciertos temas.

Para afianzar mi aprendizaje en segundo curso me planteo seguir actualizando mi portafolios, de una manera menos estricta, pero útil, y al cabo de 4 años tener este blog como diario de abordo durante mi carrera.

Espero seguir aprendiendo y llegar a ser una buena maestra para, como dije en mi biografía, dejar el mundo un poco mejor de cómo lo encontré.

Muchas gracias a todos los que habéis visitado mi blog, y… ¡gracias a aquellos que han participado en mis encuestas!

Y ya que estamos llegando a época de exámenes, aprovecho para desear… ¡suerte a todos mis compañeros!


Por último, os dejo un cuento que hemos leído en el libro "El regalo de sí mismo" de José Ramón Urbieta, que me llamó especialmente la atención: El cuento de las cebollas.

Había una vez un huerto lleno de hortalizas, árboles y frutales, y toda clase de plantas. Como todos los huertos tenía mucha frescura y agrado. Por eso daba gusto sentarse a la sombra de cualquier árbol a contemplar todo aquel verdor y escuchar el canto de los pájaros. De pronto, un buen día, empezaron a nacer unas cebollas centelleantes, como el color de una mirada o el color de una sonrisa o el color de un bonito recuerdo. Después de algunas investigaciones sobre la causa de ese resplandor, resultó que cada cebolla tenía dentro, en el corazón, una piedra preciosa. Ésta tenía un topacio, la otra una aguamarina, aquélla una esmeralda...¡Una maravilla! Por alguna incomprensible razón, se empezó a decir que aquello era peligroso, intolerable, inadecuado y vergonzoso... Total, que las bellísimas cebollas tuvieron que esconder sus piedras preciosas en capas y capas cada vez más oscuras y feas, para disimular cómo eran por dentro, hasta que empezaron a convertirse en unas cebollas de lo más vulgar. Pasó entonces por allí un sabio al que le gustaba sentarse a la sombra de los árboles del huerto y que, sabía tanto, que entendía hasta el lenguaje de las cebollas, y empezó a preguntar una por una:

-¿Por qué no eres como eres por dentro?

Y ellas iban respondiendo:

-Me obligaron a ser así.

-Me fueron poniendo capas...

-Incluso me puse algunas para que no dijeran...

Algunas tenían hasta diez capas y casi no se acordaban de por qué se pusieron las primeras. Al final, el sabio se puso a llorar; y, cuando la gente le vio llorando pensó que llorar ante las cebollas era propio de personas inteligentes: Por eso, aún hoy, todos siguen llorando cuando una cebolla nos abre el corazón.

"La educación es la vacuna contra la violencia" Edward James Olmos.

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